Santiago es una pequeña comunidad en Baja California Sur, que se encuentra en la Carretera Federal 1 de México, alrededor de 45 Kilómetros al norte de San José del Cabo, en el municipio de Los Cabos. Al igual que Todos Santos esta casi directamente encima del Trópico de Cáncer. Es también el hogar del único zoológico en Baja California Sur.
Se ubica en las coordenadas 23°28.747′N 109°42.748′O a una altitud aproximada de 132 metros sobre el nivel del mar.
Los grupos humanos que asentaron a los que hoy es la zona de Santiago fue el grupo nómada Pericú, que además de la zona donde se encuentra la población abarcaban parte del municipio de Los Cabos y las islas San José y Espirito Santo. Este grupo se dedicaba a la cacería y la recolección de semillas y frutos. En la Sierra de La Laguna se encuentran petroglifos donde muestran, entre otros objetos que dejaron los pericues a lo largo de los siglos, donde muestran pruebas más contundentes que habitaron la zona.
Después de varios intentos de colonización de la península, (entre ellos el de Hernán Córtes), no se volvió a promover por parte de la corona. Pero los padres jesuitas Eusebio Kino y Juan María de Salvatierra, decidiron obtener un último apoyo de colonización. Dicha empresa realiza muchas misiones entre ellas la de Santiago de Los Coras añiñi, fundada en el año de 1724, por el jesuita italiano Ignacio María Napóli. A ciencia cierta no se sabe exactamente donde se estableció originalmente la iglesia, ya que hace unos años cerca del Rancho La Misión se encontró una campana de oro que databa del año 1729. La vida en la inestable misión fue pacífica y el proceso de cristanización, en el año de 1733, el indio gobernador de la zona Botón y otro llamado Chicori formaron emboscadas para asesinar uno por uno a los soldados españoles y organizaron la muerte del padre jesuita Lorenzo Carranco que fue asesinado cruelmente por los indios en un cerro muy cerca de la misión, en lo que hoy se asienta el poblado de Matancitas. Después, años después la paz en la misión se asentó, recobrando la vida cotidiana. La misión después de la expulsión de los jesuitas, fue comandada por padres fransicanos Y dominicanos, pero fue abandonada a finales del mismo siglo, una por haber muy pocos indios, muertos a causas de enfermedades desconocidas para ellos además de no haber apoyo hacia la misma. A finales de la independencia, la zona fue repoblada por familias nuevas, construyendo la nueva base poblacional. A mediados del siglo, la población se duplica y se convierte en comunidad. En 1887 se convierte en municipio del distrito sur de la Baja California, condición que fue cambiada años después a la de delegación municipal.
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