Nuestras Ciudades y Pueblos: Todos Santos “Pueblo Mágico”

Todos Santos es una población mexicana ubicado en el municipio de La Paz, Estado de Baja California Sur, a unos 3 kilómetros del Océano Pacífico y por el que cruza exactamente el Trópico de Cáncer. Se encuentra a 81 km de la ciudad de La Paz y a 75 km al norte de la ciudad de Cabo San Lucas.

Cuenta con peculiaridades que lo han distinguido del resto de la zona. Su clima es templado (debido a la bondad de su clima se le conoce como "La Cuernavaca del Estado de Baja California Sur").Cuenta con un oasis que ha mantenido prosperidad de cultivos frutales (en especial el mango, la papaya y el aguacate) y que permite la proliferación de palmeras y otra vegetación diferente a la del bosque xerófito que predomina en los alrededores. Hay varias playas cercanas, entre ellas, San Pedrito, Los Cerritos, Los Esteros, Punta Lobos, La Poza y Batequitos. Por su fuerte oleaje estas playas son ideales para la práctica del surf.

Hay evidencias que demuestran la presencia humana en Todos Santos desde hace al menos 3000 años.

El primer europeo en descubrir el oasis fue el jesuita Jaime Bravo, quien observo que había tribus nómadas de guaycuras que aprovechaban el agua y recogían conchas de la costa. El sitio fue originalmente una visita o estación establecida en 1724 por dicho jesuita subordinada a la misión de Nuestra Señora del Pilar de la Paz que suplía de agua y de frutas y verduras a La Paz. En 1725 el padre Lorenzo Carranco se estableció permanentemente durante todo ese año.

(El padre Jaime Bravo estableció tres visitas en esta zona sin embargo nunca se ha podido establecer con certeza en donde estaban las otras dos).

Establecimiento de la misión jesuita

El padre Segismundo Taraval, jesuíta nativo de la provincia de Lodi, Italia, la convirtió en una misión independiente en 1733, llamada Santa Rosa de las Palmas de Todos Santos, en honor a Doña Rosa de la Peña y Rueda, hermana de Doña Gertrudis de la Peña, marquesa consorte de Villapuente de la Peña y marquesa de las Torres de Rada, natural de Muriedas, Cantabria, España, quien dio un donativo de 10 000 pesos al hermano Juan Francisco Tompes, procurador de las misiones de Baja California. El dinero se utilizó no para su construcción sino para darle a la comunidad existente la categoría de misión (al lado de su cuñado Don José de la Puente y Peña, marqués de Villapuente de la Peña, también contribuyeron en el establecimiento de las misiones de (La Paz y San José). Sin embargo, la misión fue destruida durante la revuelta de los indios Pericú y Guaycura en 1734 donde el padre Taraval apenas salvó la vida y fue obligado a huir a la isla Espíritu Santo. La misión fue restablecida en 1735 tras una expedecion encabezada por Manuel Huidobro, gobernador de Sinaloa, para calmar los animos de los indígenas.El lugar sirvió de cuartel militar para La Escuadra del Sur, lo que obligó a los pericues a mover su lucha a San José y Santiago.

No se sabe con certeza el sitio donde estaba localizada la misión jesuíta. La iglesia actual fue construida por los frailes dominicos a mediados del siglo XIX. La versión más aceptada es que la misión estaba ubicada donde actualmente se encuentra la iglesia de Fátima.

Las epidemias

Una vez restablecida la misión tuvo poca relevancia. En 1742, 1744 y 1748 ocurrieron devastadoras epidemias de Galico (mal venereo importado del Asia por los galeones de Manila y que acabó con toda la tribu pericu); las viruelas y el sarampión. En el sur de la península desaparecieron 5/6 partes de la población. Todos los indios pericúes que sobrevivieron en Todos Santos y San José fueron concentrados en Santiago. A Todos Santos fue trasladada la población de La Paz (abandonando dicha misión en 1749). A partir de entonces lleva el nombre de Nuestra Señora del Pilar de Todos Santos.

Expulsion de los jesuitas, llegada de los franciscanos y luego de los dominicos

Los padres jesuitas atendieron la misión hasta el año 1768 hasta su expulsión de los dominios españoles. El misionero a cargo de Todos Santos (expulsado junto con otros 15 misioneros de la península) fue Juan Javier Bischoff.

Consumada la expulsión, el virrey Marqués de Croix, de acuerdo con el visitador José de Gálvez, confía las misiones a los religiosos franciscanos. LLegaron los padres franciscanos, entre ellos Junipero Serra (asignado a Loreto), José Murguía (a cargo de Santiago), y Juan Ramos de Lora (enviado a Todos Santos). La confrontación entre las autoridades civiles (principalmente Gálvez y Barri) y religiosas se agravo en 1771, momento en que llegaron los frailes dominicos (Mariano Fernández, Jacinto Fiol y Gabriel González).

En 1840 la misión fue abandonada definitivamente por la escasa población de neófitos y también por las dificultades que tuvieron los padres para administrarlas a su criterio.

Primera defensa del pueblo de Todos Santos contra ataques extranjeros

El primer hecho que se documenta corresponde al año 1822, cuando el almirante Thomas Cochrane, a cargo de una escuadra chilena, envió dos buques, el Independencia y el Araucano, a la península. El primero, al mando del comodoro Wilkinson, se apoderó de San José del Cabo, donde hizo prisioneros. Ahí tuvo conocimiento de que en Todos Santos había un bergantín (propiedad de don Manuel Salgado) que podría dar la noticia del ataque corsario por lo que envió por tierra al teniente Jorge Campbell y un grupo de marineros para que echara a pique la embarcación. Los todosanteños, al darse cuenta del daño causado al bergantín, enfrentaron a los intrusos, matando a varios de ellos y haciendo prisioneros a otros. De este hecho, hay varias versiones.

Época post-misionaria y auge azucarero

En 1842, el gobernador Luis del Castillo Negrete por decreto redistribuyó las tierras que pertenecían a la iglesia. Hubo resistencia del padre Gabriel González acompañado de Manuel Márquez de León, José Matías Moreno, Felipe Montes, José Aviles, Ignacio Altamirano, Juan José Cota y otros más, le presentaron batalla a las fuerzas del gobierno. El 4 de febrero de ese año se libró una batalla en Todos Santos, donde finalmente fueron derrotados por el gobierno. En calidad de prisioneros fueron trasladados a Mazatlán.

A partir de entonces Todos Santos vivió el periodo más importante de crecimiento económico cuando se formaron varios ingenios azucareros (en su auge hubo 8 ingenios). En ese entonces se construyeron edificios de tipo colonial. Con la construcción de dos teatros, Todos Santos se convirtió en lugar de artistas y personas relacionadas con las artes.

También es importante mencionar la producción de flores como una de las principales actividades económicas de la época.

Invasión norteamericana de 1846 a 1848

Durante la invasión norteamericana a la Baja California, en los años de 1846 a 1848, la participación de los todosanteños fue muy significativa. Por un lado Manuel Márquez de León que combatió en el estado de Sinaloa, y por otro, el padre Gabriel González a quien lo consideran como uno de los más ardientes defensores de la península. No obstante que después del 29 de febrero de 1848 se habían suspendido las hostilidades con base en el Tratado de Guadalupe, los grupos defensores de nuestra soberanía continuaron luchando contra el enemigo hasta el mes de marzo de ese año.

Todos Santos fue la última población en rendirse, no sin antes presentarle una tenaz oposición a las fuerzas del coronel Burton y del capitán Naglee. Allí fue capturado el P. Gabriel González. Refiriéndose a este último combate, la historiadora Ángela Moyano Pahisa dice lo siguiente: Después de esta última campaña, las fuerzas norteamericanas regresaron a La Paz, el 12 de abril de 1848. La conquista de la Baja California había terminado. ¡ Necesitaron seis meses para doblegar a los patriotas de Baja California Sur ! Un ejército poderoso, con todos los adelantos de la técnica militar... Seis meses fueron necesarios para conquistar Baja California Sur, una tierra paupérrima y escasamente poblada, pero cuyos habitantes eran fieros guerreros decididos a permanecer mexicanos...¨

No obstante, según fuentes bien documentadas, Todos Santos, Baja California Sur, nunca fue dominado por los norteamericanos, o Yankees. Hay evidencia de que todavía en 1848, cuando el congreso mexicano ya había firmado los tratados de Guadalupe Hidalgo concediendo la pérdida de la guerra, y por tanto cediendo los territorios a EUA, la población de Todos Santos seguía repeliendo con éxito el ataque invasor. Es claro que ciudades como La Paz, Cabo San Lucas y Rosarito ya habían sido dominadas por la superioridad militar de los invasores, pero Todos Santos nunca fue ocupada. Sin entrar en discusiones políticas, esta robustez del carácter, y el compromiso de los todosanteños, debiera ser motivo de júbilo y celebración por parte de todos los mexicanos.

Es importante recordar que esos tratados, promovidos por Antonio López de Santa Anna y firmados por el Congreso Mexicano, que repudió ver ondear la bandera de las estrellas y las barras en Palacio Nacional el 16 de septiembre de 1847, incluían la cesión de la Península, además de los territorios que van desde California hasta Texas. Sin embargo, fue el patriotismo de los sudcaliforniano la que impidió que el congreso norteamericano aprobara la anexión de la península. Además de la imposibilidad que tuvieron los invasores de apropiarse de Todos Santos, los americanos nunca pudieron conquistar Mulegé. En una breve escaramuza, los invasores cedieron ante la gallardía de las mujeres y los niños muleginos, quienes los repelieron con agua y aceite hirviendo. La batalla fue breve, pero decisiva, gracias a la voluntad norteamericana de no apoderarse de regiones que no pudieron ocupar.

La batalla de Mulegé fue el 2 de octubre de 1847. La de Todos Santos duró meses y nunca concluyó con la pérdida de la Plaza de Armas. A falta de mejor fecha específica, conmemoremos la bravura y el heroísmo de Sudcalifornia con la frase “dos de octubre no se olvida”. Aquella fecha sí nos puede unir a todos los mexicanos. La de 1968, cuando privaron la confusión, la traición y la desinformación, es una fecha memorable, pero por lo amargo del recuerdo.

Guerra de Reforma

El ayuntamiento de Todos Santos organizó algunas fuerzas en 1857 y se unió a las de San José, trasladándose a La Paz para contraponerse al Plan de Tacubaya. Este movimiento lo organizaban y dirigían el general Manuel Márquez de León, Mauricio Castro, Pablo Gastélum e Ildefonso Green.

En 1849, por decreto del jefe político coronel Rafael Espinoza, las comunidades de Todos Santos, San Antonio y La Paz pasan a formar parte de los siete distritos o municipalidades que conformaban el Territorio de Baja California Sur.

El jefe político, Manuel Amado, dispuso en 1858 que las comunidades; de Todos Santos, San Antonio, San Bartolo y El Rosario, entre otras, se erigieran en pueblos.

Invasión francesa

Todos Santos ofreció el ¨contingente de sangre¨ en la guerra contra los franceses en 1862, según lo atestigua el presidente municipal de ese entonces, Gregorio Villarino. Algunos de los ciudadanos enlistados fueron Atanasio Villarino, Victorino Legaspi, Avelino Cota, Pedro Amador, Benigno Avilés, Antonio Espinoza y veintiséis más.

En un párrafo de su comunicado, el señor Villalrino dice: Grande ha sido el entusiasmo con que esta municipalidad ha recibido la disposición de usted, y el corazón se conmueve de júbilo al ver retratado en los semblantes de todos el fuego del patriotismo y el deseo ardiente de no ser los últimos en tener la gloria de disparar sus fusiles sobre el enemigo invasor...

Oposición al régimen huertista

La oposición al régimen huertista fue dirigida por Félix Ortega Aguilar, dando fuerte resistencia. Los orteguistas ocuparon la plaza de Todos Santos el 30 de octubre de 1913 enfrentándose 148 hombres contra 200 federales durante 18 horas. Los orteguistas hicieron al enemigo 14 muertos y 5 heridos, pero a falta de parque tuvieron que escapar y retirarse a la Sierra de Las Vinoramas.

Sequía

La prosperidad de los ingenios azucareros duro cien años hasta que las sequías y la baja de los precios del azúcar después de la Segunda Guerra Mundial provocaron que la industria decayera. Poco a poco desaparecieron los ingenios cerrándose el último de ellos en 1965. En los años siguientes, el pueblo sufrió decadencia económica y muchas de las casas fueron abandonadas. A partir de 1950, también desaparecieron los cultivos de flores.

Con la desaparición de estas actividades nació otra: el cultivo de mango. Hasta 1999 había gran cantidad de huertos de mangos pero la plaga de la mosca de la fruta acabó con dicha actividad.

En 1981, terminó la falta de agua y se volvieron a iniciar las siembras de gran variedad de verduras y frutas. Actualmente proliferan los cultivos de pepino y chile poblano.

Actualidad: Vocación cultural y nacimiento como destino turístico

Todos Santos se ha distinguido por su vocación cultural, ha sido cuna de pintores, escultores, artesanos, poetas e intelectuales. A finales de los 1990’s el sitio fue elegido por pintores y escritores de origen americano como lugar de descanso, y muchos de ellos han establecido ahí su residencia. Actualmente cuenta con alrededor de veinte galerías de arte y escultura, así como numerosas tiendas especializadas en artesanías de estilo mexicano.

En el año 2006, se logró darle el reconocimiento de Pueblo Mágico de México a Todos Santos por parte de la Secretaria de Turismo. Se cuenta con un festival cultural en el mes de febrero (con conciertos, bailables y exposiciones) y con sus fiestas patronales el 12 de octubre.

Un atractivo muy importante para el turismo extranjero, es el Hotel California, el cual según cuenta la leyenda urbana es el que inspiró al grupo The Eagles para escribir su famosa canción en 1976.

En los años recientes, ha sufrido una fuerte migración extranjera y nacional; la primera, principalmente de Estados Unidos y Canadá; la segunda, de jornaleros traídos de Guerrero y Veracruz. La presencia de los extranjeros ha ocasionado cambios en la vida social del pueblo, el apropiamiento de los espacios céntricos, la compra de casas y terrenos y el afloramiento de negocios dedicados a la compraventa de bienes y raíces. Hay una preocupación de los locales de que los extranjeros subordinen la cultura nacional a la suya, por lo que el reto de este pueblo en el futuro es que no se pierdan las tradiciones y que los extranjeros sepan respetar y enriquezcan de manera incluyente no excluyente la cultura local.

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